EL
NIÑO Y LA MESERA
- ¿Cuánto cuesta un helado de chocolate, fresa y Maní? preguntó el niño.
- Cinco soles, respondió la mesera.
El niño saco su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas.
- ¿Cuánto cuesta un helado solo?, volvió a preguntar.
(En ese momento había algunas personas que estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente).
- Tres soles cincuenta céntimos, dijo ella bruscamente.
El niño volvió a contar las monedas.
- Quiero el helado solo, dijo el niño.
La mesera le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se fue.
El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue.
Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio... Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había dos soles en moneditas de diez céntimos... Su propina!.
El consejo de la historia:
¡Jamás juzgues a alguien solo por las apariencias! y ¡siempre considera que aquellos a quienes sirves pueden darte una sorpresa!
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