martes, 12 de noviembre de 2013

CARTA DE UNA MADRE A SU HIJO "CHISTE"

CARTA DE UNA MADRE A SU HIJO "CHISTE"

Querido Hijo:
Te pongo estas líneas para que sepas que estoy viva. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer de prisa, si recibes esta carta es porque te llegó, si no avísame y te la mando de nuevo.
Tu padre leyó que según las encuestas, la mayoría de los accidentes ocurren a 1 kilómetro de la casa, así que nos hemos mudado mucho más lejos; no vas a reconocer la casa. 
El lugar es lindo; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí una ropita, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces. El clima no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez por 3 días y la segunda por 4 días.
Con respecto a la casaca que querías, tu tío Catalino dijo que si la mandábamos con los botones puestos, pesaría demasiado y el envío sería muy costoso, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo.
Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cadáver con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite.
El médico vino a la casa y me puso un tubito de vidrio en la boca y me dijo que no la abriera por 10 minutos; tu padre ofreció comprarle el tubito.
Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, está un poco embarazada, pero como todavía no se sabe de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebé es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Qué raro que quiera llamar a su hija 'Mamá'.
A quién nunca hemos visto más por acá es al Tío Epifamio, el que murió el año pasado.
Imagínate que tu hermano Teobaldo cerró el carro y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del auto.
Bueno Hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia que vivió aquí se llevó los números para no tener que aprenderse su nueva dirección.
Si hablas con Doña Remedios, dale saludos de mi parte; si no la ves, no le digas nada.
Tu Madre que Te Quiere, Josefina
P.D.: Te iba a Mandar S/. 100 Solcitos, pero ya Cerré el sobre.




SER DE IZQUIERDA O SER DE DERECHA


¿SER DE IZQUIERDA O SER DE DERECHA?

 
Una Universitaria cursaba el último año de sus estudios en la Facultad de Ciencias. 
Como suele ser frecuente en el medio universitario, la chica pensaba que era de Izquierda y, como tal, estaba a favor de la distribución de la riqueza. Tenía vergüenza de su padre. Él era de la Derecha y estaba en contra de los programas socialistas. 
La mayoría de sus profesores le habían asegurado que la ideología de su papá era una filosofía equivocada.

Por lo anterior, un día ella decidió enfrentar a su padre. Le habló del materialismo histórico y la dialéctica del Marxismo Leninismo tratando de hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto. 

En eso, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó: 
 -¿Cómo van tus estudios universitarios? 
 - Van muy bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta-. 
Tengo de promedio 16, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, no voy a las fiestas, no salgo, no tengo novio y duermo cinco horas al día, por eso ando bastante bien, y voy a graduarme a término del año.   
Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Soledad, ¿cómo le va? 
La hija respondió muy segura: -Bastante mal, 
Soledad no sé si se gradúe porque no alcanza el 10, (tiene 08 de promedio), pero ella se va a bailar, pasea, fiesta que hay ella está presente, no estudia lo suficiente, y falta bastante a clases... no creo que se reciba, por lo menos no en este año. 

El padre, mirándola a los ojos, le respondió:
- Entonces habla con tus profesores y pídeles que le transfieran 4 de los 16 puntos tuyos a ella. Esto sería una buena y equitativa distribución de notas porque así  ambas tendrían 12  y aprobarían las materias. 
Indignada, ella le respondió: -¡Estás loco? ¡Me rompo la cabeza para tener 16 de promedio! ¡Te parece justo que todo mi esfuerzo se la pase a una  vaga como ella, que no se preocupa por su carrera! Aunque la persona con quien tendría que compartir mi sacrificio sea mi mejor amiga... ¡¡No,...nunca ... no pienso regalarle mi trabajo!! 
Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo:   
 -¡Bienvenida a la Derecha! 

 Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno.




CUANDO EL AMOR SE HACE COSTUMBRE


CUANDO EL AMOR SE HACE COSTUMBRE

Siempre hemos tenido la convicción y los sueños de saber que cuando nos llegue el amor éste será por siempre y para siempre.

Vivimos en ese mundo en el que esperamos conocer a ese príncipe o princesa, al cual le entregaremos todo nuestro amor y nos amará de tal manera que tornarán nuestra vida en un hermoso cuento de hadas…
Vivimos un noviazgo maravilloso, nos llenan de atenciones, nos bajan la luna, el sol y las estrellas y nos perdemos de amor por ese ser, así nos vamos entregando a ese sentimiento tan bello para iniciar una vida en común con nuestra pareja.
Al paso del tiempo llegan los hijos, fomentamos ese hogar entregando todo lo que tenemos de nosotros mismos, cada día nos levantamos de la cama pensando en cuánto trabajo nos esperan, ese trabajo que hacemos con amor, por conservar ese nido de amor en el cual nuestros hijos viven gozando de nuestra atención, de nuestro amor.
Van pasando los años y esa misma rutina nos va envolviendo hasta darnos cuenta que casi llevamos una vida vacía de motivos para continuar y al despertar una mañana contemplamos el rostro dormido de ese ser del cual nos enamoramos y nos preguntamos si es amor lo que sentimos, si tenemos en nuestro corazón ese mismo amor que nos llenó el corazón al conocerle.
Con los altibajos del vivir, con los problemas propios del hogar, de la pareja, la cual muchas veces nos ha fallado en esos sueños que construimos un día, Cuando el amor se hace costumbre con la conciencia plena de no estar a gusto en esa vida que creímos diferente van llegando esos momentos en que deseamos huir, escaparnos, evadirnos un momento de esa misma rutina, hartas de estar envueltas en un mundo en el que todos se sienten felices, menos tú.... 
Y te preguntas: ¿Es costumbre lo que siento? ¿Es amor? ¿Por qué ya no me siento feliz con mi pareja? ¿Por qué sus besos y caricias no me erizan la piel? ¿Estaré cansado de vivir encerrado en estas cuatro paredes que se me antojan más que hogar una jaula de oro, prisionero de la vida misma? …Y no sabes en qué momento pasaste de la felicidad, del inmenso amor a una simple costumbre de compartir tus momentos.
Es cuando es tiempo de retomar tu vida misma, de mirarte a ti mismo y consentirte, de buscar la manera de decirle a él o ella que te está perdiendo, que te mire un poco más, que sea el mismo de antes y no se envuelva tanto en sus cosas, en su vida y te dedique un poco más de tiempo, que salgan a bailar, a cenar, que pasen momentos a solas para que ese amor que se va disolviendo regrese y renazca de tal manera que de nuevo te sientas el príncipe o princesa del cuento de hadas, aquél que al principio querías fuera una realidad.
La vida en pareja necesita del alimento que nos dan los pequeños detalles íntimos, de la entrega total, tratar de no caer en la rutina de la vida porque ésa es la que hace que el amor  se convierta en una simple costumbre.



lunes, 11 de noviembre de 2013

Oración de un padre para su hijo, Dios dame un hijo



 Oración de un Padre para su Hijo

¡Oh Dios! 
Dame: Un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo;
Un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada y humilde y magnánimo en la victoria.
Un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho; un hijo que sepa conocerte a ti... y conocerse a sí mismo,  que es la piedra fundamental de todo conocimiento.
Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos,  allí déjalo aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan.
Un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos, un hijo que se domine a sí mismo antes de pretender dominar a los demás.
Un hijo que aprenda a reír pero que también sepa llorar, un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca olvide el pasado.
Y después... que le hayas dado todo esto te suplico entregarle suficiente sentido del buen humor, de modo que puede ser siempre serio, pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio, dale humildad para recordar siempre la sencillez de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces yo, me atreveré a murmurar: ¡No he vivido en vano!
amen...